Oku se reencuentra con Nana después de que durmieron juntos hace mucho tiempo. En el pasado, Nana era el Príncipe de la Buena Fortuna. Había una maldición: cualquier mujer que se acostara con él tendría suerte y su deseo se cumpliría. Entonces, Oku le pide a Nana que intente acostarse con él para ver si también puede hacer que los chicos tengan suerte. Sin embargo, el propósito de Oku no era la suerte sino sus sentimientos secretos.