Una sirvienta que es golpeada en nombre de un chico noble. Algunos recuerdos de su infancia eran crueles, pero Yuriel no tenía resentimiento hacia el chico. Más bien, le gustó: la mano que aplicaba cuidadosamente la medicina a sus heridas siempre estaba cálida. "M-Maestro, detente, Raph, sa, salva ... ah, mm ...!" "Por eso ... te dije ... que esperaras ... hasta que regresara". Pero el Raphlet que apareció en sus sueños no mostraba más que pasión y lujuria. Sueños proféticos. La habilidad que era como un estigma llevó a Yuriel hacia un futuro desconocido. Todo lo que quiero es estar a tu lado.