Un día, merodeando por las calles, quejándose del hambre, un tierno niño corre hacia ella y exclama, “¡Mamá!” El apuesto Duque, el padre del niño, le ofrece un contrato en el cual le provee comida y alojamiento cuando ella se convierta en su niñera. Lina, la pobre mendiga, quién de repente tiene un hijo, descubre que la fallecida duquesa se ve exactamente igual a ella... Ella intenta recuperar los recuerdos perdidos de su pasado y sorpresivamente, está conectada al Duque y a la última Duquesa.