Seonho no es una persona rica, pero es un mensajero ordinario que vive feliz. Mientras entrega como de costumbre, se encuentra con Jun-goo en el lugar de entrega, quien lo acosó en la escuela secundaria hace 10 años. Al ver a Jun-goo que no lo reconoce, Seon-ho se siente aliviado, pero encuentra rastros de un asesinato en su casa y se descubre que es un testigo presencial. Seon-ho, atrapado por Jun-goo, vuelve a hacer recados para Jun-goo como lo hizo hace 10 años...