Adoptado por su padre, R@in hizo una promesa que se suponía que nunca iba a romper. La promesa: R@in nunca debía irse de su casa, de lo contrario... Cosas malas sucederían. Cuando un día deambulando por el bosque... lo hizo. Años más tarde, R@in aún está encerrado en casa como un pes dorado atrapado dentro de una pecera. Pronto, aprenderá la verdad del porqué jamás podrá irse...