Eres tan linda, Nana... ¿Puedes ver dónde estamos conectados? Preguntó mientras me penetraba profundamente y me excitaba. ¡Me está volviendo loca, dándome orgasmo tras orgasmo como si intentara recuperar el tiempo perdido...! Nanako está viviendo temporalmente con su primo, que es trece años más joven que ella. Aunque le preocupó aquella vez que la miró con ojos de hombre, han pasado cinco años desde entonces, así que no debería haber motivo para tener miedo de su primo... Pero como acaban compartiendo cama, ¿¡él se masturba mientras la llama por su nombre todas las noches!? "Te quiero. Te amo desde que era un niño..." Mientras me desea con esos mismos ojos, no soy capaz de negárselo esta vez... Con sus caricias interminables y la intensidad de sus profundas embestidas, la culpa deja paso al placer. ¿Es esta dulce obscenidad un castigo por huir en aquel entonces?