Tokio, la ciudad de los deseos: lugar donde se realizaban miles de subastas que alguna vez brillaron con ofertas de alto precio en el mercado negro. Sin embargo, ahora que ha sido golpeado por la recesión, se ha vuelto una gloria del pasado sin dejar rastro. Sengoku, un adicto a las apuestas endeudado, es vendido en una subasta clandestina. El propietario, Tsubame, que se quedó con el 'objeto' sin vender, hizo una oferta por él de 2 yenes y lo liberó. Debido a eso, a Sengoku le gustó, y por alguna razón terminó sirviéndole como esclavo.