Koharu, de 19 años, preferiría estar transmitiendo en vivo que trabajar en un café de mucama o tratar de encontrar un novio en todo el mundo. En su transmisión, chatea con amigos y fanáticos de todo el mundo y disfruta de la libertad que le brinda la pantalla. Pero cuando uno de sus seguidores aparece en la vida real, ella siente que podría haber más en su conexión... y tal vez ella quiere algo más que una conexión solo digital, después de todo...