Un día, me teletransporté al cuerpo de una protagonista femenina de una novela de fantasía romántica. Fui hija adoptiva de un marqués rico como en la historia original. Luego, con el tiempo, me convertiré en una princesa de la corona. Sin embargo, la vida de una joven noble es muy monótona y aburrida. No hay teléfonos inteligentes, televisores ni juegos, y era muy difícil aliviar los impulsos sexuales en este imperio donde la pureza es la virtud de una dama. Por eso hice esto para mí. ¿Qué he hecho? Un consolador. Y me han pillado... Mis hermanos menores me pillaron masturbándome. Esta era una buena novela de fantasía romántica, pero la fastidié. La historia original ya no podía continuar y todo se fue al traste.