- Yo soy quien te hizo… no lo olvides. - Olvidar… - Tu cuerpo, tus labios rojos, tu cabello dorado… en ti no hay lugar que mi mano no haya tocado. Recuerda yo soy quien te hizo. - Zion… El hombre advirtió en voz baja. - Nunca podrás dejarme, incluso si termino en la ruina. - Aaahhh… Tomo con una mano su terso pecho y el cuerpo de la chica se puso rígido y se retorció en la cama debido al toque. Los labios del hombre bajaron rápidamente hasta sus rosados pezones y los chupó dolorosamente. Ella gritó, pero el no detuvo sus ásperas acciones a pesar de escuchar sus quejidos de dolor. - Aanngghh… Zion conocía a la perfección el cuerpo de la chica, la puso excitada con demasiada facilidad. Rose llorando por la traicionera reacción de su cuerpo, se derrumbó del placer. El hombre colocó sobre sus hombros, las delgadas piernas extendidas de la chica y procedió a invadir su interior desprevenido. - Kkkyyyaaa… ngh…