El único objetivo de Keira durante toda su vida, fue ser reconocida y amada por su padre. Sin embargo bajo el cargo de no ser la hija del Gran Duque, fue acusada de ser una "Falsa Princesa" y condenada a muerte. En el último momento de su vida, Cosette, quien afirmaba ser la verdadera hija del Gran Duque, le susurró: "En realidad, tu eres la Real..." Después de ser ejecutada, Keira vuelve al pasado sin conocer la causa, y cansada de luchar por ser una hija orgullosa, dijo: "Viviré bien, y para mí misma". Sin embargo la actitud del Padre de repente cambió, ha pasado de ser descuidado a ponerle atención, es extraño.