Corre el rumor que, si te sientas en un banco de cierto parque y repites "Querido ángel, por favor, ayúdame..." tres veces, hará que un ángel venga en tu ayuda. Es verdad y todo, pero la apariencia de este ángel será la de un hombre de mediana edad, y lo único que hará por ti es escuchar tus preocupaciones y, en algunas raras ocasiones, darte un pequeño empujón.